Rodeados de toda la belleza del campo ibicenco, con orientación sur, vislumbramos una perfecta obra arquitectónica que goza de vistas a Dalt Vila y el mar de fondo. Ubicada a 10 minutos de Ibiza y 12 minutos del aeropuerto y 15 minutos de playas como Es Cavallet, Salinas o el campo de golf, hacer de esta casa una propiedad muy accesible y práctica. La arquitectura de esta casa es casi una obra de arte creada por el prestigioso arquitecto Bruno Erpicum, para él, no solo vivimos gracias a algunas proteínas que nos permiten funcionar: la calidad de nuestra vida, la fuerza de nuestros recuerdos, la importancia de nuestros intercambios interpersonales, la lectura del medio ambiente, todos estos momentos despiertan en nos emociones. Actúa para crear un entorno favorable para la actividad humana, y desde luego en este caso lo ha conseguido de nuevo. Además hay un impoluto trabajo de interiorismo que nos traslada a una revista de interiores y arquitectura totalmente refinada, gracias a la selección minuciosa de cada uno de los elementos que componen la decoración de la casa. Se respira un aire nórdico y ordenado por todas sus estancias, sus 7 dormitorios y 8 cuartos de baño tienen grandes ventanales con vistas al maravilloso campo que rodea la casa. 5 de los dormitorios se encuentran en la casa principal, y 2 de ellos se encuentran en un anexo a la casa con total privacidad. Sus 978 m² están formados en gran parte por muros de cristal, haciendo que se funda la vegetación del exterior con los espacios interiores de la casa a través de los rayos de sol que traspasan los ventanales. Toda la propiedad está construida en una sola altura, y eso permite una vivencia más diáfana de las estancias, se nota sobretodo en la delicada y sutil integración de la cocina con el comedor. Cuenta con un sótano con 7 estancias para diversas actividades como: cine, gimnasio, lavandería, 2 dormitorios de servicio o almacén, habitación de juegos, bodega, cuarto de máquinas. Además, debajo de la zona de la piscina existe un segundo anexo con una relajante y apetecible zona de terraza con chill out, una zona de lavandería que se puede convertir en apartamento de servicio. La finca privada ocupa la ladera de una montaña con 6 hectáreas de huerto, jardines, tierras agrícolas y bosques. El huerto cuenta con muchos árboles frutales como limón, naranja, granado, higo, albaricoque, ciruela, algarroba, oliva, kiwi, membrillo, manzana y pera. Frente a la casa y rodeada de una estudiada vegetación para relajar nuestros sentidos hay una piscina de 20 m de agua caliente, ideal para nadar en cualquier momento del año. Cuenta con una plaza de garage cubierto y zona de parking para varios coches.