Si lo que buscas es despertar tus cinco sentidos has llegado al lugar indicado...esta villa edificada sobre piedra, encaramada a un acantilado, muestra mucho mas de lo que ves: arte, sensaciones y naturaleza son sus tres pilares base. Con una de las mejores vistas en toda la isla, edificada en un lugar majestuoso, esta villa te descubrirá los secretos mejor guardados de Ibiza; lunas, reflejos, aguas turquesas y paz, mucha paz. En su interior, en la planta baja creando una atmosfera muy personal y maravillosa, encontramos antigüedades de gran valor elegidas año a año. En la misma se distribuye un gran salón iluminado a través de una artesonado Mudéjar del sigo XIII, una gran biblioteca con cuadros de grandes artistas, una cocina donde el más mínimo detalle ha sido cuidado, un baño, y una relajante fuente con piezas antiguas que une el salón y la cocina. En la primera planta, encontramos la habitación principal con baño ensuite, decorada con su propio estilo y orientada al mar. Cabe destacar el baño con muros acrisolados, decorado con piezas de hace siglos y con jacuzzi. En esta sala se coloca la joya de la casa, una colección de cruces coptas de gran valor histórico. La parte superior de la casa, puede ser usada como lugar para reuniones con familiares y amigos. Llegamos al exterior a través o bien del salón, o de la cocina. Esta parte puede considerarse un mágico paisaje con diferentes zonas y ambientes donde el disfrute está asegurado. Empecemos por la entrada a la parcela, su campo de lavanda en época de florecer se convertirá en un regalo para tu vista y tu olfato. Su huerto perfectamente distribuido y acondicionado recogerá los alimentos más frescos para servirlos directamente a tu mesa. Sus diferentes espacios y zonas de relax harán que vivas momentos innolvidables. Y por último su magnífica piscina infinity...la cual parece que cae directamente al acantilado...te hará disfrutar de los amaneceres y atardeceres más románticos del mediterráneo. En tan pocas palabras no cabe todo lo que Es Bosc puede ofrecer...merece la pena visitarla y sentirla por uno mismo!